Page 10 - Revista 2 2020 SOGIBA
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En memoria del Prof. Dr. Alejandro Hakim
la fortuna de tenerlo en la Comisión Directiva rus, sino por sus complicaciones indirec-
cuando el presidente era yo. Rápido para tomar tas. En tiempos normales Diego hubiera estado
decisiones y atento en cualquier circunstancia, atendido de otra manera y Alejandro no hubi-
podía hacer varias cosas al mismo tiempo. No era tenido que ir a una marcha por una reivin-
era costumbre, era instinto. Igual que Diego dicación salarial que la sociedad y el gobierno
cuando, sin mirar, le pasó la pelota a reconocen, pero que tarda en llegar.
Caniggia en aquel gol contra Brasil. Diego murió poco después de cum-
Alejandro era conversador, simpático y plir los 60 años, Alejandro los cumplía
empático, siempre con una sonrisa; también en unos meses. Alejandro murió al lado del
en la adversidad, como Diego. Al comienzo de amor de su vida: Claudia. Recuerdo cuando
la pandemia me preguntó que iba a hacer yo, Diego decía que el amor de su vida se llama-
que soy unos años mayor. Le dije que iba a se- ba Claudia. Muchas coincidencias. Que en paz
guir trabajando; me contestó: “Yo también”. descansen.
Fue uno de los tantos médicos que enfrentó a
la pandemia desde su lugar de trabajo, a Prof. Dr. Eduardo A. Valenti
pesar de que era una persona de riesgo.
Director de la Maternidad Sardá / Profesor
Diego y Alejandro murieron en pandemia, Titular de Obstetricia Facultad de Medicina.
pero no por los efectos directos del coronavi-
UBA
“A Alejandro lo lloraron sus colegas, pero
también sus pacientes. Debe haber hecho más de
3.000 partos”, recuerda el lector sobre Hakim.
8 Revista de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires